El baño y la cocina son los principales focos de malos olores en las viviendas.
La suciedad de los desagües y el estado de las tuberías de fregaderos y lavabos tiene mucho que ver.
Otro punto bastante recurrente a los temidos malos olores, son los sifones en las duchas. Y es que, de nuevo la suciedad y exceso de pelos obstruye las tuberías y va acumulando suciedad y humedad que acaban por causar este desagradable olor.
Para intentar evitar este problema, es necesario recurrir a un buen mantenimiento de las instalaciones no solo con la limpieza externa si no también con la interna. Revisa el desagüe de la cocina y lavabo, desmóntalo y limpia su interior. Abre el sifón de la ducha, y vacíalo de suciedad y bolas de pelo periódicamente para evitar que se acumule en exceso y pueda acabar causando un problema más grave que requiera de intervención profesional.
Con todo, si el problema no desaparece, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, revisaremos las instalaciones hasta dar con el origen y poder eliminar de forma eficiente el mal olor en tu hogar.